Soy un líder. He decidido serlo. Soy un líder no solamente de mi empresa sino también de mi vida.
Hay decisiones que he tomado que no me gustan. Hay errores que he cometido que no me enorgullecen. Y he decidido comprometerme conmigo misma, ser mejor cada día.
La última vez que la vida me reto, decidí deprimirme un año y medio. Me escondí debajo de mi cama, tome decisiones que no fueron las mejores ni para mí ni para el resto de los involucrados. En esta ocasión he decidido levantar la cabeza, mirarme a mí misma al espejo y confrontarme.
Esto solo tiene que ver conmigo.
Mis retos son solo mío, yo los he atraído a mi vida para mi propio crecimiento. Este es asunto mío solamente. Yo creo el cóctel de situaciones que decido crear; sean positivas o negativas. Finalmente asumo esa responsabilidad y decidido experimentar cada elemento, pues yo he decidido que cada cosa ocurra en un nivel más allá del humano. Dios, el amor, el universo, la energía, como gustes decirle, me ha dado la oportunidad de repetir un par de lecciones quizás para demostrarme a mí misma que he crecido, que he madurado.
Este es un regalo de la vida, que yo misma me he dado.
Hay ciertas cosas que me duelen, sí, me duelen pero he decidido no convertir ese dolor en sufrimiento. He decidido dejarlo fluir a través de todo mi cuerpo, a través de lágrimas suaves que corren por mis mejillas, lágrimas que ahora son suaves y amables pero que antes fueron gritos, golpes que daba a solas a un objeto inanimado con el que me raspaba los nudillos de la mano. Y he podido experimentar la belleza de esos instantes, ese momento en el que esa emoción que ya estaba en mi aflora y se libera.
Y sin resistencia, he aprendido a aceptar cada una de esas emociones, cada una de esas facetas, pues son parte de mí. Y las amo, a cada una pues me amo a mi misma.
Me siento emocionada, porque he encontrado dentro de mí el valor. Soy muy joven y más libre que nunca, más aún que cuando tenía 20 años. Estoy rodeada de belleza, de talento, de oportunidades, de puertas que se extienden y se abren de par en par. Han sucedido muchas cosas que en un momento interpreté desde el papel de una víctima: «me han traicionado mi confianza, me han mentido, me han engañado… me han roto el corazón en pedazos, estafado, me he quedado sin nada»; ahora puedo recordar cada una de esas situaciones no como un drama sino como una lección amorosa, ¡una travesura que yo me hice a mi misma! que me ha apoyado a ganar la fuerza que actualmente poseo.
Y hoy, finalmente veo que yo he creado, promocionado o permitido todo eso con el afán precisamente de aprender y recordar quién realmente soy. ¡Ha sido una travesura a mi misma! Una travesura llena de amor, de significado.
Soy un líder. Soy feliz. Soy amor. He decidido serlo. Merezco, al igual que tú, el amor, el éxito y la abundancia.
me encanta lo que me compartes de tu vida, lo siento como si fuera la mía, golpe a golpe ….caminante no hay camino … Viene a mi mente. Lo divino que hay en nuestra capacidad de creer, a pesar de todos los golpes y desencantos. Ser líder de mi vida eso es vivirla no confundirme con sobrevivirla. Gracias
Infinitas gracias por tu comentario, a mí me encanta que me escriban. Vive tu vida. ¡ÉXITO!
Susy.. siempre te lo e dicho y hoy te lo vuelvo a decir eres mi ángel,,,este escrito me vuelve a poner las pilas, nos acabamos de ver pero estaba a punto de caer en la lona otra vez. Tus lineas me llenan Dios te vuelve a poner en mi camino.Amiga Gracias!!!
Dios te bendiga Normita. Hay que echarse porrras a veces a uno mismo pero recuerda siempre «lo que crees, lo creas».
Muy lindas y ciertas palabras. A responder por cada acto que he realizado. Saludos